Internet es una montaña rusa de sentimientos. Nos brinda la oportunidad de expresar sentimientos de manera continua ya sea con un like, un corazón o un emoji. Una persona puede recibir reconocimiento y aprobación de completos desconocidos y en cambio sentirlos como gente cercana. La web permite ampliar nuestros círculos más allá de nuestros límites geográficos y sociales.
Internet es una prueba más de que somos animales sociales
Internet no ha despertado nada. Ese comportamiento es consustancial a los humanos. Como especie somos seres fundamentalmente sociales en busca permanente de relaciones. Con internet podemos dar rienda suelta a nuestra necesidad innata de socializar. Gracias a internet hemos ampliado nuestro círculo social y lo hemos hecho mucho más activo.
El gran triunfo de la web ha sido precisamente ese. Conectar personas. Y conectarlas especialmente en el plano sentimental. Muchos años antes de Facebook estaban los chats, espacios virtuales de encuentros que empezaban anónimos para en muchos casos terminar en encuentros personales cara a cara. Con el tiempo la mayoría acababan mal pero muchos tuvieron final feliz o acabaron en una buena amistad.
De los chats a redes sociales como Tinder
Esos chats fueron precursores de muchas cosas. En primer lugar del uso anónimo de la red. Con internet no tenías que tener una buena presencia para atraer la atención de alguien. Tenías al menos el beneficio de poder ser ocurrente y simpático. También en gran medida fueron precursores de un uso mucho más libre de la red. En internet la gente se atreve a expresar cosas que sería raro que se atrevería a decir cara a cara.
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